24 de diciembre de 2015
22 de diciembre de 2015
LA DEUDA
Cuando la mesera me trajo la cuenta me sorprendió. Me explicó que totalizó todas las tardes que estuve esperando a aquella mujer que nunca apareció. Entonces fue cuando pensé en ella, en su inexplicable ausencia y en su mirada profunda y enigmática. No negué la cuenta, la pagué al salir. He pagado cada factura con el convencimiento de que cada café lo degusté junto a ella. ¿Cuánto hace que se fue? Eso no tiene ningún valor.©2015.
PIEL DE ASFALTO
Imagina que vas sobre la franja amarilla del Camino real. Mejor. Olvida esa línea. Piensa que vas en tu bicicleta y estás a punto de pasar ante la mirada de quienes esperan que cambie el semáforo. Todo listo. Ellos esperan que vayas en perfecta línea recta, segura de cada pedalazo que des. Un pié abriéndole camino al otro. Desean que te caigas y, del mismo modo, que pases rápido, aunque no tendrán tiempo de ver tu aparatosa caída o tu paso rápido y seguro. Pero osas lucirte tanto como ellos con su poder mental. Se ríen porque no podrás. Te distraen sus miradas. Has caído y ni una sola mano solidaria se extiende para ayudarte a incorporarte. Desde hace mucho tiempo todos evitan volver a caer como tú.©2015.
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