Alejandro Gamero
¿Qué tienen en común Hércules, don Quijote, Frodo Bolson o Harry Potter?
Que todos ellos, cada uno a su manera y con sus peculiaridades, son variantes
del mismo héroe. Y, yendo todavía más lejos, ¿qué pueden tener todos ellos en
común contigo mismo? Que tú también, a tu manera, eres una variante de ese
héroe arquetípico. Eso es lo que Matthew Winkler trata de explicar en un vídeo
animado de TED-Ed.
Para argumentar esta idea Winkler echa mano del mitógrafo estadounidense
Joseph Campbell y de su ensayo de 1949 El héroe de las mil caras. En este texto
Campbell trata de buscar y trazar el patrón narrativo común a mitos, pasajes
religiosos, leyendas, tradiciones o sueños protagonizados por héroes de
culturas de todo el mundo. Después de señalar coincidencias en todas esas
historias, Campbell desarrolló el concepto de monomito para designar esa
estructura mitológica universal. El monomito se basa en el viaje del héroe, un
ciclo en el que el héroe abandona su mundo ordinario y penetra en un nuevo
mundo extraordinario ‒en ocasiones un reino de la
oscuridad‒, pasa por una serie de amenazas o pruebas,
resuelve acertijos ‒puede que con ayuda de un mentor‒, derrota
a un gran enemigo, es premiado con un gran reconocimiento y regresa a su mundo
inicial, cambiado ya después de todo el viaje. Campbell dividió ese ciclo en
doce etapas que Winkler va comentando a lo largo del vídeo y que a continuación
ejemplifica con Los juegos del hambre.
La estructura universal del viaje del héroe es válida para cualquier
historia épica y existe prácticamente en todas las culturas humanas. De hecho,
sigue estando vigente hoy en día porque los seres humanos siguen teniendo la
necesidad de reflejar el mundo que los rodea en historias simbólicas. Y ahí es
precisamente donde está lo verdaderamente interesante del vídeo de Winkler. En
la épica moderna el héroe no deja de ser aquel que abandona su zona de confort
y que tiene algún tipo de experiencia que supera y lo transforma. No es
necesario pelear contra dragones o, como bromea Winkler, contra el mismísimo
Voldemort. Sin necesidad de recurrir a villanos de la literatura, los seres
humanos se enfrentan a problemas igualmente terribles en su día a día.
Es por eso que tienes en común con los héroes de la literatura más de lo
que hubieras imaginado. Cuando un héroe entra en el reino de las tinieblas, ese
espacio es un símbolo de situaciones que ocurren en el mundo real: hablar en
público, practicar un deporte, enamorarse, etc. El viaje del héroe, dice
Winkler, está presente en lo cotidiano de todos los seres humanos. Simplemente
hay que aceptar el reto y ser capaz de sobreponerse al miedo para obtener una
recompensa. Es eso lo que hace que, aunque no te hayas dado cuenta, seas un
héroe. Pero ya va siendo hora de reconocerlo.
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