Mientras dormía ajena a la tensión que flotaba en el aire, él suspiró por un recuerdo lejano.
—¿No siempre hay una única manera de desear? —se interrogó con aire de pensador.
Tras prolongada tensión, el orgasmo sólo le consintió el gemido, el aullido, la expresión infrahumana, pero no la palabra.©Guillermo Castillo.
Microrrelato publicado en "Cincuenta palabras" :
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